Resumen
Cuando hablamos de teatro escolar no nos estamos refiriendo a una educación artística que forme niños actores. La primera cosa es que el teatro no es un arte precoz, es por eso que su implementación es verdaderamente delicada, por cuanto hay toda una cultura de la contaminación ocasionada por las tendencias habituales de las manías y los clichés que hacen a esta práctica artística trazar caminos erráticos. Paradójicamente lo que nos une es precisamente la categoría del juego, condición indispensable del arte interpretativo y condición exclusiva en el universo vivencial del niño. No obstante, la no precocidad de este arte con frecuencia se ignora en el manejo común. Esta condición nos coloca en una situación particular de pensar el teatro en el ámbito de la educación artística pues se trata de una práctica artística cuya exclusiva realidad está en la categoría del juego. En este orden de ideas hay que señalar además que el arte dramático es un arte grupal, de tal modo que su sustancia expresiva en la creación, depende en gran medida de un partenaire; igualmente se define este arte como efímera, ya que su funcionamiento ocurre en el aquí y el ahora, como un arte del presente. Al referimos a su complejidad, lo hacemos con respecto a otras prácticas artísticas desarrolladas en la vida escolar, donde los "peligros" no son tan evidentes.
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