Abstract
La escena transcurre en el año 2053,
entre las memorias de EL OBSERVADOR y su
aparente estado de realidad. En su cabeza, los
recuerdos pesan siendo aun profundamente
livianos. Todos los personajes son él; él es
un YO multiplicado y multisituado en otros
cuerpos, hechos de memorias con falda que
aluden a una remembranza ancestral -quizás-
de su Medea, una mujer oscura y de carácter
reticente que se resiste al olvido. Su cerebro
es un marasmo de materia a blanco y negro,
líquido cefalorraquídeo y fragmentos de una
vida que quiere desaparecer. Logos Controlador,
una gris versión interdimensional de Pepe
Grillo, habita despóticamente en sus recuerdos,
recordándole su naturaleza humanamente
caótica y poéticamente intravenosa, atemporal,
medianamente fracasada y existencialista.
Algunas otras apariciones darán cuenta
permanentemente del orden que tiene el caos...
Ultimate Corporation hará de su deseo una
realidad o de su realidad un deseo; cualquiera
de las dos opciones será posible dependiendo de
la voluntad de quien observa.
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