Resumen
Cuando yo era niño no existían los niños hiperactivos, sino los inquietos e insoportables. Yo fui uno de ellos. Razón por la cual mis papás me apuntaron a cuanto curso pudieron con tal “canalizar mi energía" fuera da casa y que no me quedara haciendo algún experimento -como yo llamaba a mis travesuras-o peor aún, que a causa de ellos terminara en la sala de urgencias de la Clínica de los Remedios como varias veces sucedió. Me llevaron a la escuela de música, de futbol, cursos de natación, un taller de cometas y de macetas, amén de cuantas vacaciones recreativas programaron a los alrededores de nuestra casa.

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